Visita fugaz
La semana pasada no me dio tiempo a escribir, ya que estuve en Madrid: fui el jueves por la tarde y volví el domingo, por lo que fue una visita realmente fugaz. Por ello, no pude ver a todas las personas que me hubiera gustado, pero aún así el viaje mereció la pena: la sensación de volver a estar en casa es estupenda :) Como ya he escrito otras veces, uno no se da cuenta de lo que tiene, hasta que deja de tenerlo. Me hubiera encantado quedarme más tiempo, pero en Darmstadt todavía no ha terminado el segundo semestre, así que tuve que volver.
Al llegar a Madrid, me encontré con algunas novedades, como por ejemplo la puerta de casa: la antigua puerta roja ha sido sustituida por una puerta verde más grande, que ya no es tan fácil de saltar. Sin embargo, lo más llamativo es la remodelación de la terraza, en la que ahora hay un toldo, una fuente y una tela de camuflaje militar para zonas nevadas, aparte de los muebles que ya había antes. Al llegar, instalé el repetidor inalámbrico, de manera que también hubiera cobertura WiFi. En conjunto queda un ambiente muy relajado y agradable, que me inducía aún más a quedarme :D
La cortina blanca es la tela de camuflaje
El sábado por la tarde quedamos en mi casa y estuvimos un rato en la terraza. En un determinado momento, propuse jugar a un juego que había aprendido hace poco: el "Psicólogo". Se trata de un juego en el que uno hace de psicólogo y debe descubrir la enfermedad que comparten los otros. Para ello puede hacer cualquier pregunta, y los demás están obligados a contestar la verdad. Fue una partida muy interesante y divertida, en la que me atuve a las reglas y no mentí en ningún momento, al menos intencionadamente. Aún así, debo pedir perdón.
La pregunta fue que si tenía algún problema sentimental. Nunca se me había ocurrido llamarlo así, pero creo que también es una descripción válida, así que contesté que sí. En el fondo, estaba esperando esa pregunta, y quería contestar que sí. Al tratarse de un problema, mis amigos quisieron ayudarme: debo pedir perdón, ya que no supe apreciar esa ayuda tan valiosa. Excepto los amigos, en general nadie se preocupa de los problemas de los demás, por lo que realmente siento mucho mi reacción tan cerrada. Fue un error.
La fuente es de diseño propio
En cuanto al problema, no voy a describirlo en detalle: al fin y al cabo, no es más que otra variante del tema que dio nombre a este blog. Haciendo una analogía, es una instancia concreta que extiende una clase abstracta. La raíz del problema sigue siendo la misma. Para esta instancia conozco alguna solución que podría servir, pero reconozco que en el fondo no quiero aplicarla. Mientras tanto, estudiar mucho sigue sirviendo para no pensar demasiado.
El viaje de vuelta fue más complicado de lo que esperaba, ya que el avión tuvo una hora de retraso, y no llegué a Frankfurt hasta las 23:30. Por ello, perdí el último autobús a Darmstadt y tuve que volver en S-Bahn haciendo transbordo. A las 00:21 cogí en Frankfurt Hauptwache la línea S3 que cubre el recorrido Bad Soden - Darmstadt. El tren iba bastante vacio. Un hombre vino por el pasillo y se sentó en un grupo de cuatro asientos cercano a donde estaba yo. Miraba fijamente al asiento vacío que tenía delante.
Las semiesferas tienen placas solares y se iluminan en cuanto se hace de noche
El hombre empezó a murmurar algo repetitivo que parecía un rezo, mientras seguía mirando fijamente al asiento de en frente. Intenté distinguir las palabras, pero no entendía nada. De pronto, tuve la impresión que estaba repitiendo un nombre. No era un nombre cualquiera. Parecía imposible. Pensé que la situación tenía que ser un sueño, pero era real. En ese momento, como una señal en el osciloscopio que pierde la sincronización de fase, el nombre volvio a convertirse en un murmuro inintelegible. En la siguiente estación, el hombre se bajo.
El tren llegó a Darmstadt a las 00:55, es decir, quince minutos después de que pasara el último tranvía que lleva a mi residencia. Tras un corto pero costoso viaje en taxi, llegue a casa hacia las 01:10. El viaje había terminado.
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