Cuarto

Nota. En esta entrada hay un montón de referencias a cosas que a lo mejor conoces, ya que es posible que las hayas vivido. El texto está anonimizado para poder publicarlo en el blog, por lo que puede que algunas partes den lugar a malentendidos, a pesar de que intento evitarlo. Esta entrada no esconde ninguna critica a nadie :) Si hay algo que te suene extraño, por favor dimelo enseguida para poder resolverlo lo antes posible! Por el contrario, si no te suena de nada el contenido de la entrada, puede que te aburra :D


Ordenando recuerdos y enlaces a otra época

No me dio tiempo. Aquel Septiembre fue un mes complicado. Tenía que preparar todo para irme a Alemania. Se juntaron demasiadas cosas y aquella cesta, en la que solía guardar los recuerdos de lo que había pasado a lo largo del curso, se quedó sin recoger: entradas, recibos, billetes, borradores... Desde entonces, cada vez que he vuelto a casa he querido ordenar los papeles de aquella época, pero hasta hoy no he encontrado la calma para volver a mirar esos recuerdos de cuarto de Teleco. No fue un curso fácil; en ningún sentido. Tres años después me doy cuenta de que hice cosas mal por las que me gustaría pedir perdón.

Han pasado nada menos que cuatro años desde la pelicula de Bond anterior a Skyfall!

Las entradas de cine son una de las cosas que más suelo guardar. Recuerdo bien el viernes que fuimos a ver El Curioso Caso de Benjamin Button. Era el segundo día de clase del segundo semestre y acababan de salir las notas de TDSÑ. Decidimos ir a ver Up en el viaje de vuelta de Jávea y pensamos que podría ser divertido avisar a la gente de la Euskal. Un mes antes habíamos visto Tetro, el mismo día que salieron las notas de MCRO. Recuerdo la conversación en aquel parque cerca de Diego de León tras la peli, sin saber si ibamos a cenar o no. Los Sustitutos y Malditos Bastardos fueron las últimas pelis antes de irme.

Abajo centro: tras un largo día, nos acercaron a Moncloa para coger el bus a Aravaca

El primer semestre de cuarto fue realmente activo: visitamos museos, fuimos a fiestas, salimos un montón... Echo de menos aquella época. Esperando al buho en una madrugada de Octubre, ya dije aproximadamente algo asi como "son majísimas con nosotros; les debemos un montón". Sigo pensándolo. En el Reina Sofía vi que aún colgaba el cordel negro de la camiseta. Ella lo arrancó y lo ató alrededor de mi muñeca como una pulsera. Lo guardo como un recuerdo de un gesto simpático :) Al final del año, volé a Alemania para pasar ahí la Nochevieja, estudiando durante el día y chateando por las noches.

Los códigos de barras son de los libros que le regalamos a un amigo por su cumple

Del segundo semestre casi no tengo recibos, billetes ni nada parecido y en el blog apenas hay entradas. Fueron meses de mucho trabajo, en los que tuvimos tres laboratorios paralelos. Al día siguiente de ver El Curioso Caso de Benjamin Button, me invitaron a un concierto en el Auditorio Nacional. La obra era Juditha Triumphans y me sigo reprochando que no salieramos a estirar las piernas en el descanso. A pesar de que me encantaría ir más a menudo a conciertos, obras de teatro o cualquier otra forma de las artes escénicas, si no me confundo, aquella fue la última vez. Recuerdo que me gustó :)

Arriba: creo que la lista de pizzas es de la partida de Risk en la que saltaron los plomos

El verano llegó pisando fuerte. El último examen fue el 30 de Junio. Recuerdo algunos detalles curiosos de aquel día, como el vestido azul. Por la tarde fuimos a conocer la nueva estación de Cercanías en Sol. Nos tumbamos en los jardines de la Plaza de Oriente. La conversación trataba de si el número de crías de los mamíferos suele ser la mitad del número de glándulas mamarias de la hembra. Para volver a casa cogimos el Cercanías, por lo que compré el billete de la foto. En las siguientes semanas fuimos a la piscina, me regalaron la pulsera azul que aún llevo, visitamos una exposición de Sorolla, me propuse hacer deporte...

Comida en Jávea: más nuggets de pollo y triangulos tex-mex de lo que recordaba :D

La prueba de impresión de la derecha debió quedarse en Alemania del año anterior

Aquel verano pasaron muchas cosas a la vez. Era una especie de caos del que solo tenía una visión muy limitada. Viéndolo con más perspectiva a lo largo de los últimos años, he ido dándome cuenta de cosas que hice mal o de las que no fui consciente. Y en medio de aquel caos, justo tras la Euskal 17 y el viaje a Jávea, me fui. Como todos los veranos, pasé Agosto en Alemania, donde resultó no haber Internet. Estaba desconectado de todo, pero todos los días iba andando en busca de Internet a la ciudad. A falta de conexión, también recurría a sistemas de comunicación más rústicos, como las postales.

Estas postales se quedaron en Madrid, ya que las recibí antes de irme a Darmstadt

Tras la cena en el Ribs (recibo de la derecha), asaltamos un fotomatón

Finalmente, llegó Septiembre. Fue un mes de despedidas. Celebramos un cumple doble en casa, fuimos al Alfredo's Barbacoa a comer y al Ribs a cenar. Estaba convencido de que aquello de irme a Alemania era provisional y que cuando volviera todo seguiría igual. Al final, fue y no fue así a la vez. A pesar de que aquellas despedidas eran el fin de una época estupenda, siempre que he vuelto a compartir tiempo con sus protagonistas, ha sido igual de genial. Me da pena que ya no sea así todos los días, sino solo cuando vuelvo a casa o cuando viajo, pero intento hacer todo lo posible por mejorar esa situación :)

Envoltorios de los regalos que me han acompañado estos años en Darmstadt

Mi intención con esta entrada no es dar una importancia tremenda al pasado ni vivir en él, sino recordarlo puntualmente con cierta perspectiva. Como dice en la primera página de un libro que estoy leyendo, "Recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón".

Alcohol

Hace ya unos cuantos años, decidí que no quería beber alcohol. Por ahora, no me ha costado mucho cumplirlo, pero en alguna ocasión me ha llevado a situaciones complicadas. Por ejemplo, hace poco fuimos al mercadillo de Navidad, donde es muy típico beber vino caliente para no congelarse. Yo pedí la versión sin alcohol, pero los del mercadillo hicieron caso omiso y me dieron la versión normal. Si lo hubiera pagado yo, no hubiera tenido problema en tirarlo, pero me habían invitado y me daba una vergüenza enorme tener que rechazarlo. Al final no lo tomé, ante la sorpresa de los demás, que se preguntaban porqué lo llevaba tan a rajatabla.

El Glühwein sin alcohol se llama "Kinderpunsch": para niños, pero mucho más rico

La razón es sencilla: no le veo sentido. Sin embargo, eso no quiere decir que me parezca mal que se beba alcohol. Debatiendo conmigo mismo el tema hace ya algún tiempo, lo dividí en (a) lo que yo hago, (b) lo que me parece lógico hacer y (c) lo que creo que debe estar permitido. Sobre mí impongo el no beber absolutamente nada, pero me parece razonable beber hasta lo que en la Wikipedia llaman "fase de euforía". En cuanto a lo permitido, asumiendo que cada uno es consciente de los efectos, no creo que se deba prohibir nada, teniendo en mente la famosa frase de que la libertad de uno empieza donde termina la del otro.

Científicamente, "thinking clearly about almost nothing!"

En todos los niveles que define la Wikipedia, no le veo sentido ni ventaja beber alcohol. En concreto:

  • Nivel muy bajo. Esencialmente, no tiene nigún efecto. Siendo así, ¿para que tomarlo, si tampoco me gusta especialmente?
  • Nivel bajo. Produce la famosa euforia y desinhibición. No dudo de que sea muy divertido a este nivel, pero otra manera de verlo es que uno se está "comprando" la diversión, lo cual viene a ser lo mismo que admitir que uno no es capaz de pasarselo bien sin (notable) ayuda externa ;-) Otra razón que suele salir en este nivel es que es más fácil conocer a gente y entablar conversaciones, lo cual es precisamente algo que me cuesta. No cabe duda, pero también le quita mérito: prefiero poder decir que he sido capaz de superarme para hacer algo que, basicamente, "hacer trampas" :P
  • Nivel medio. Citando literalmente del articulo de la Wikipedia: "irritabilidad, agitación, somnolencia, cefalea [...]". ¡Que guay! :P Por si fuera poco, a base de observar a otros, tengo ciertas dudas de que mucha gente sepa cuando pasa del nivel bajo al medio, deshaciendo todas las posibles ventajas.

Los últimos niveles se explican por si solos:

  • Nivel alto. Esto mejora por momentos: "lenguaje incoherente, dificultad respiratoria [...]". ¡Toda una fiesta!
  • Nivel muy alto. La consabida muerte.

    Algunos datos en forma de botella por Lisa Han

    Finalmente, uno se podría preguntar por qué llevarlo tan a rajatabla, si un poco de vez en cuando no tiene nada de malo. La razón es sencilla: porque tampoco tiene nada de bueno. Las veces que he probado distntas bebidas con alcohol, su sabor me ha parecido o bien regular pero tragable, o directamente malo, como en el caso del vino caliente del mercadillo. Aquello era asquerosamente amargo. Un experimento similar con cerveza me llevó a una conclusión parecida: es decir, no solo no tiene ninguna ventaja, sino que encima hay que convencerse de que sabe bien. Claro, pagando lo que cuesta el alcohol, mas le vale saber bien :D

    Estaciones

    A mediados de Noviembre estuve en Madrid unos días y, mientras en Darmstadt ya se notaba el invierno, ahí el otoño todavía dominaba los paisajes. Un día fuimos en coche al Monasterio de El Paular, pasando por el Puerto de la Morcuera. Iba conduciendo yo y la verdad es que me encantó: las vistas eran espectaculares y los árboles relucían en todos los colores otoñales. La carretera pasaba por infinidad de estrechas curvas para superar el desnivel, por largas rectas rodeadas de árboles que formaban un túnel amarillo y entre palos que indicaban la altura de la nieve inexistente.

    Parece que el monasterio está en obras desde hace muchos años

    El suelo estaba cubierto de amarillo, al igual que semanas antes en Darmstadt

    Entre tanto, el invierno ha terminado de llegar a Darmstadt: la nieve cubre todo, las temperaturas están bajo cero y yo tengo un resfriado considerable. Mientras ahí fuera todo se congela, de momento mis plantas sobreviven a pesar de que tienen que aguantar mis intentos de cuidarlas :D El rosal ha producido una nueva flor que se acaba de abrir y la planta del dinero ya tiene muchas más hojas. Al ir a Madrid estaba muy contento de estos logros, pero las enormes flores de la terraza de mis padres dejaron mis éxitos botánicos a la altura del betún: me consuelo pensando que con tanto Sol juegan con ventaja :D

    Es una flor rebelde que huye del tiesto materno hacia la luz

    No recuerdo la terraza tan colorida como esta vez

    A lo largo del verano, del otoño y del invierno, el armario en el que guardo los cristales se ha llenado, así que he aprovechado para hacer otra vez una foto a los tarros antes de tirarlos y de paso un poco de estadística. Han pasado seis meses casi exactos desde la última vez que se llenó y esta vez he consumido 12 tarros de salchichas, 5 de pepinillos, 5 de mermelada, 3 de aceite, uno de pimienta negra y uno de vinagre. Eso quiere decir que he comido más o menos un tercio de salchicha y 10.71 gramos de pepinillo al día: con esos valores, seguro que me quitan la nacionalidad cuando vaya a renovar el pasaporte :P

    Hace poco he cambiado de supermercado: ¿donde compraba y donde compro?

    Ambas cadenas son de la misma empresa y creo que algunas cosas son idénticas :P

    Nürnberg

    La semana pasada hice una visita fugaz a Nürnberg para visitar a varios amigos que están trabajando ahí. Me apetecía mucho conocer la ciudad, ya que conserva aún un montón de fortificaciones y un gran castillo. Nada más salir de la estación, ya se ven las murallas que rodean el centro, pero que dejan pasar el río que lo atraviesa de un lado a otro. A pesar de que solo estuve de sábado a domingo y que ahora se hace de noche muy pronto, nos dio tiempo a ver bastante. Además, pudimos aprovechar las horas de oscuridad para echar una partida al Zug um Zug y al Catán, que por fin he aprendido como funciona :D

    Aunque me contaron que casi todo es reconstruido, parece original (Foto por zerok)

    El domingo fuimos a ver un museo de arte contemporáneo que me gustó mucho. A veces este tipo de exposiciones parecen una tomadura de pelo, ya que no está demasiado claro lo que se puede considerar arte: como escribía hace unos meses, en la documenta 13 había algunas obras de ese tipo. Sin embargo, en este caso no tuve esa impresión, y tardé un buen rato en dar con la razón. La diferencia es que en esta exposición las obras no solo tenían algún mensaje, sino que además eran bonitas, lo cual es un detalle que a veces parece caer en el olvido. Al entrar por los ojos, se ganaban con mucha más facilidad el interés de los visitantes.

    Más fotos del museo aquí (enlace) (Foto por Margherita Spiluttini)

    Lo más inesperado, pero sin duda alguna curioso, fue el partido de hockey sobre hielo: es probable que haya sido la primera vez que he ido a ver un partido (de lo que sea) en vivo y en directo :D Al elegir las entradas más baratas que había, estábamos de pie junto con los fans más incondicionales y que montaban un lio tremendo :P Entre tambores, gritos y canciones, los goles del contrario siempre eran injustos y el propio equipo siempre tenía razón, da igual lo que hubiera pasado. No tiene ni pies ni (mucho menos) cabeza. Sigo sin entender aquello de apoyar a un equipo de desconocidos como si fueran los mejores amigos.

    El estadio estaba al lado del Zeppelinfeld, una reminiscencia de otra época (Foto por SPDP)

    A pesar de que fue un viaje corto, estuvo lleno de nuevas experiencias. Aunque me llevé la camara, se me olvidó en casa cuando fuimos a ver la ciudad, así que las fotos que ilustran esta entrada son prestadas de por ahí :P