Hasta la semana pasada, no recuerdo haber estado nunca en Extremadura. La A-5 era un misterio para mi más allá de Móstoles. Puse remedio a ello en un viaje con mis padres en el que visitamos Mérida, Cáceres y Trujillo. Apenas estuvimos dos días por la zona, pero nos dio tiempo a ver un montón de cosas. Una vez más me di cuenta de que no hace falta ir al otro lado del mundo para ver sitios espectaculares, ya que lugares así los hay tanto ahí como aquí :) Tengo un mapa con sitios que me gustaría ver, tanto cerca como lejos, aunque lo más probable es que la mayoría nunca los conozca. Es abierto, así que quien quiera puede añadir ideas aquí!
Mérida. Uno pasea por las calles y a la vuelta de la esquina se encuentra cosas así :D
Mérida. Aquel día llovía a ratos, asi que el anfiteatro casi se convirtió en piscina
Mérida. Lo que no esperaba es que de pronto empezara a granizar: hice un video, que se puede ver aquí (enlace). Por suerte pudimos refugiarnos donde antaño supongo que esperaban las fieras para comerse a los gladiadores :P
Mérida. El teatro está a pocos metros del anfiteatro: curiosamente, las filas de asientos estaban cubiertas por una imitación de plástico, supongo que como protección.
Mérida. Tras el teatro hay unos jardines con muchos restos de columnas. No pude evitar pensar en los últimos juegos de Tomb Raider, donde a menudo hay que balancearse por columnas así, pasando de una a otra con saltos de vértigo.
Cáceres. Al día siguiente las nubes habían desaparecido y hacía un Sol esplendido :) El centro de la ciudad es como un único museo, lleno de edificios impresionantes.
Cáceres. En los sotanos de una de las casas había un aljibe, que servía para guardar agua potable de la lluvia.
Cáceres. Las calles del centro son a menudo estrechas y en pendiente. Por la noche, no había ni un alma, haciendo que pareciera aún más un museo.
Trujillo. Me sorprendió que aquí hubieramos podido dejar el coche incluso en la misma plaza principal del pueblo, ya que el tráfico no estaba limitado: parece que aquí todavía no llegan las hordas de turistas!
Trujillo. Varios de los castillos que vimos tenían las torres de defensa fuera de la muralla y conectadas unicamente por una pasarela. Parece que el diseño estaba pensado para poder atacar desde la torre también a los que intentaran escalar los muros.
Oropesa. En el camino de vuelta paramos en Oropesa, cuyas calles estaban llenas de dibujos y versos en las paredes que relataban la historia del lugar.
La parte más agobiante del viaje fue la última media hora. Al llegar a Madrid, en la salida a la M-40 había atasco, así que decidimos ir por la M-30. Es decir, por el túnel. Reconozco que nunca había conducido por ahí, pero nunca pensé que aquello fuera a ser semejante aventura :D Desde luego, fue una experiencia al volante que no esta mal tener, por si acaso tengo que volver por ahí alguna vez! Tras una eternidad por aquel laberinto de enrevesadas bifurcaciones, estrechos túneles en espiral y una intensa densidad de coches, al final logramos emerger al este de la ciudad y llegar sin mayores daños a casa.