Konstanz

La puntualidad suiza es aterrante. Al subir al avión de SWISS rumbo a Zürich, el piloto insistió a los pasajeros a que se sentaran rápido para poder salir a la hora. Eso no tiene nada de raro. Sin embargo, se le notaba en la voz la tensión ante la posibilidad de llegar tarde a Zürich. El hombre estaba verdaderamente estresado. Al aterrizar unas horas más tarde, el jefe de cabina nos comunicó no sin cierto orgullo que habíamos llegado incluso con adelanto. Por supuesto, el tren que cogí después salió puntual y llegó poco antes de medianoche a su destino final. Al salir, no podía creer que estuviera ahí: Constanza.

A punto de aterrizar en Zürich a bordo de un Avro RJ100

La ciudad de Zürich al borde de su enorme lago

El Rin cerca de Schaffhausen

Las cataratas del Rin: las vi de lejos hace cuatro años, pero ahora las pude ver bien

Atardecer en la isla de Mainau, también conocida como la isla de las flores

Vista desde la catedral de Constanza hacia la salida del Rin desde el lago

Los barcos son un medio de transporte muy eficaz en el lago

Casa pintada en la centro de Constanza: muy cerca estaba el famoso elefante (enlace)

A pesar de estar nublado, la luz entraba a raudales en el claustro de la catedral

Paseo a lo largo del lago

Canal que separa la ciudad de un convento convertido en hotel de lujo

Los alpes suizos al atardecer bajo una espesa capa de nubes